Los pólipos nasosinusales son lesiones que se pueden originar en cualquier parte de la mucosa nasosinusal y suelen ser el resultado final de varios procesos patológicos. El pólipo es una estructura redondeada,  lisa, blanda y semitransparente. Estos se forman cuando las membranas mucosas de la nariz o senos paranasales se inflaman y se hinchan durante una cantidad de tiempo prolongado.

Cualquiera que tenga una enfermedad que desencadene una inflamación en la nariz puede desarrollar pólipos. Los pólipos nasales se presentan con más frecuencia en pacientes que padecen o han padecido alguna de las siguientes condiciones: Fibrosis quística, Asma, Intolerancia al ácido acetilsalicílico, Rinitis no alérgica, Rinitis alérgica y Antecedente familiar de poliposis nasal.

En algunas personas pueden no causar ningún síntoma, aunque en otras pueden dar lugar a obstrucción nasal, congestión, presión facial, ronquido nocturno, perdida o debilitación del sentido del olfato y gusto, cefalea (dolor de cabeza), voz nasal y epistaxis (sangrado nasal).

La incidencia de los pólipos nasales sintomáticos aumenta con la edad y son más frecuentes en los hombres que en las mujeres.

El tratamiento consiste en la administración de medicamentos que contribuyan a aliviar los síntomas; cuando son muy grandes es posible que sea necesario realizar una cirugía para extirparlos y en muchas ocasiones pueden retornar.